lunes, 19 de noviembre de 2007

Mariposas

Me ahogo. Me falta el oxígeno cuando pienso en él. Han pasado tres meses desde la última vez que le vi. Y me sigue oprimiendo el corazón como el primer día. Dicen que cuando sientes revolotear mariposas en el estómago es que estás enamorada. Eso dicen. En mi caso, las larvas se convirtieron en gusanos de seda y éstos, a su vez, en espléndidas mariposas. Todo fue muy rápido. En cuestión de semanas, su sonrisa inmaculada me cautivó y me robó el alma.

………………….. Aquí comienza mi historia. Una historia llena de ires y venires. Un relato repleto de alegrías y tristezas en la que los sentimientos mandan.

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