sábado, 24 de noviembre de 2007

Vale más que mil palabras

Un beso vale más que mil palabras. O una caricia. O una mirada. Cuando arde la pasión cualquier gesto es significativo. La barrera del idioma podría haberse interpuesto entre nosotros pero los sentimientos pudieron más y triunfaron. Si una palabra se atascaba dentro de mí por no poder expresarme en otra lengua, se lo hacía saber de mil maneras: con una sonrisa, con un guiño, con un abrazo.... y él me entendía, comprendía lo que yo quería transmitirle. Es tan difícil comunicar cuando no dominas una lengua que tienes que convertirte en un auténtico experto de la comunicación no verbal. Besar para decir 'no puedo vivir sin ti', acariciar para decir 'te necesito aquí, cerca, junto a mí', abrazar para decir 'ya te estoy echando de menos'.
Qué duro es enamorarse de alguien tan dispar a ti en lo aparente, en lo visible, en lo superficial, pero tan idéntico en lo interior, en lo íntimo, en lo profundo. Es una apreciación que muy pocos son capaces de vislumbrar pero yo lo vi claro desde el primer día. Mis ojos me llevaron a conocerle mejor y más allá de 'lo correctamente social', me enamoré de lo más oculto de su ser. Pero ¿quién podría entenderlo? Ni familia, ni amigos... No les culpo. Si no lo hubiera vivido en mis propias carnes tampoco lo entendería. Son demasiadas normas sociales, demasiadas creencias. Por eso me siento tan sola, tan incomprendida, tan a la deriva. Este blog me sirve de flotador para seguir, sin rumbo fijo, pero con vida.

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