viernes, 23 de noviembre de 2007

Nada

Una llamada. Un mail. Un mensaje. Nada. Desde hace unos días no recibo noticias. Es como si se le hubiera tragado la tierra. Se ha esfumado.Y duele. Duele mucho porque pienso en él cada hora, cada minuto, cada segundo. Y me hiere el alma porque le quiero, porque no puedo vivir sin él, sin saber que está ahí, aunque sea a miles de kilómetros de distancia.
Dicen que el amor no entiende de religión, ni de cultura, ni de ideología, ni de nada. Yo lo entendí hace unos meses. Antes ni me lo hubiera planteado. Pero el amor viene como una ráfaga de aire fresco y te envuelve con su esencia hasta que te atrapa. Y su aroma me embriaga y se adhiere a cada poro de mi piel. No puedo vivir sin saber nada de él. No responde a mis llamadas, no contesta a mis mensajes. Estoy desesperada. Le amo.
Mis peores presagios me acompañan. Temo que su corazón haya dejado de latir por el mío. Temo que se haya cansado de esperar. Temo que nuestra historia llegue a su punto y final. Temo porque no sé nada.

No hay comentarios: